jueves, 15 de diciembre de 2011

Gestionar las emociones


En muchas ocasiones recibo, mientras hago una terapia o un taller, la pregunta que parece imposible de responder. Los padres y madres encuentran difícil encauzar la frustración en los peques.

La conversación comienza aproximadamente de este modo: "En xxx (en la x pon tú la situación que consideres) ya no sé que más hacer. El/la niña se pone insoportable, chilla, insulta... Y claro "tengo que" corregirle, porque sino ... (en los puntos suspensivos, pon lo que tú consideres).
Esta situación está vista únicamente desde una perspectiva, la perspectiva del adulto. La perspectiva del niño o niña no está presente. Y efectivamente el padre, la madre, tienen razón, "no pueden" resolver la situación.

En mates, en su momento, cuando lo estudiaste en el cole, instituto y universidad, te avisaron que antes de resolver tuvieras en cuenta todos los datos. Porque cada dato contenía una parte de la solución. Quién no tenía esto en cuenta, no conseguía resolver los problemas, estoy segura que lo recuerdas. Pero esa información la tienes confinada a la asignatura partícular y aún no la has hecho extensiva a todas las situaciones.
Tomando la situación que relato al inicio, está polarizando la situación hacia los/las menores, y ocultando de la ecuación la emoción que el adulto/adulta está sintiendo.

Lo más importante es comprender que en esa situación están dos personas. Una mayor de edad, y con sus facultades mermadas por la frustración, y otra menor de edad, con sus facultades mermadas por la frustración, y por las habilidades que por edad aún no ha adquirido.

En estos casos se hace completamente indispensable gestionar la emoción. Teniendo en cuenta que, una persona de las dos que están sintiendo frustración, es adulta y tiene la capacidad de encontrar opciones que gestionan la frustración de manera segura. Tiene la capacidad de ponerlas en acción y modelar ante la persona menor un modo seguro de expresar la frustración. Llegaremos a la conclusión de que tanto los/las mayores de edad, como los/las menores tienen derecho a sentir frustración cuando sus deseos se ven truncados. Acepta que "desde" tu frustración es muy difícil, sino imposible gestionar la frustración de tu hijo/hija pequeña.


Teresa García.
Psicóloga Clínica.
Sin Castigos.

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