viernes, 22 de junio de 2012

Cuadernos de vacaciones o los deberes del verano


Hoy comienzan las vacaciones para los niños y muchos adultos tendremos unos días de descanso.

La alegría se adivinaba en el rostro de muchos de los pequeños.

Unos días antes algunos padres y madres estaban comentando entre sí la posibilidad de adquirir alguno de los numerosos cuadernos de vacaciones que podemos encontrar en el mercado.

Entonces hice memoria y recordé cómo hice yo algunos en mi niñez y las diferentes sensaciones que vivi en esas ocasiones: de diversion y desafio intelectual en unas ocasiones, de ansiedad por acabarlos cuando eran "obligatorios" en otras.

Los cuadernos de vacaciones pueden ser un instrumento para mantener despierta la mente y realizar actividades entretenidas o pueden convertirse en un motivo para el conflicto y para "aguar" el verano en parte, por esta obligacion que planteamos a nuestros niños despues de meses de esfuerzo.

Asi que en esto, como en todo, mejor olvidar las recomendaciones y fijarnos en como es el niño y si desea o no tener este tipo de ocupacion durante su periodo de vacaciones. Si nuestro miedo es que pueda "olvidar" lo que aprendió durante el curso escolar estamos acertados: efectivamente olvidara muchas cosas, no solo ahora, tambien el resto de su vida. Ya se sabe que la "cultura" es aquello que queda en nuestro cerebro despues de haber olvidado muchos contenidos teoricamente aprendidos.

Podemos ser mucho mas efectivos proponiendo actividades a nuestros hijos relacionadas con sus experiencias reales y diarias, de modo que el aprendizaje sea significativo, en lugar de tedioso, obligatorio, angustioso. Existen muchas oportunidades durante este tiempo para que aprendan -realmente es su estado natural- y para hacer proyectos de su interés: diarios de verano, cuadernos de viaje, felicitaciones, teatrillos, propuestas de menus, recetas, visitas a museos, experimentos y observacion de la naturaleza, cuentacuentos en las bibliotecas, arena, agua, piedras, flores... la lista es interminable.

Y lo mejor es que no es necesario plantearlo como actividades de aprendizaje necesarias para ellos, muchas surgen a diario de su propio interes. Porque los niños estan siempre preguntandose por el mundo que los rodea y abiertos a la realidad, que es una fantástica escuela. Aprovechemos la ocasion.

Maria Pilar Gómez San Miguel
Crianza en Familia

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