martes, 29 de enero de 2013

Homeschooling: la trampa de la comparación.


Cuando educamos en casa todos queremos hacerlo lo mejor posible, para eso los sacamos del cole. Además queremos que nuestros hijos estén altamente motivados estimulados incluso, y que les encante todo, y que todo sea fácil y bonito, pero no siempre es así, como en todo, hay altibajos de todo tipo. Además, como estamos en casa, para inspirarnos y coger ideas empezamos a mirar lo que hacen otras familias, seguimos blogs, tablones de Pinterest, perfiles de Facebook, etc, y muchas veces nos dan ideas estupendas, pero ¡ojo! porque es tan fácil caer en la trampa venenosa de la comparación...

Signos de que estás cayendo en la trampa:
  1. Miras demasiado los blogs de otras, casi te obsesiona ver lo que hace Fulanita.
  2. Te inspiras demasiado en los blogs y en los comentarios de otras en lugar de observar y escuchar lo que le interesa realmente a tus hijos y estirar de ese hilo.
  3. Te sientes mal porque tus hijos no hacen tal o cual cosa que hace Fulanito, o Menganito, o porque no le gusta eso tan interesante que le gusta a Pepito...

Soluciones:
  1. Deja de mirar tantos blogs y tantos tablones de Pinterest, solo te están quitando tiempo y haciendo creer que hay algún tipo de estándar al que hay que llegar. Educas en casa para hacerlo a la medida de tus hijos, así que si Menganita hace con sus hijos unas esculturas de papel maché que son preciosas e ingeniosas, alégrate por ella, por su familia y por su talento. Pero tú no eres Menganita, y tus hijos son únicos y diferentes. ¿Que les motiva a ellos? ¿Qué les divierte? ¿Qué les apasiona? 
  2. Presta atención a tus hijos. ¿Qué te cuentan? ¿Sobre qué te preguntan? ¿A qué juegan? ¿Qué película o documental quieren ver una y otra vez? Si en el blog de otra se pasan el día leyendo y a tu hijo lo que le gusta es salir a recoger piedras ¿qué es mejor, compararte y comprar una novela o salir a coger piedras y comprar un manual de minerales y otro de fósiles y sacarle partido a lo que sí le motiva a tu hijo? Escucha a tu hijo, déjale ser el mismo, déjale seguir su ritmo, sus inquietudes, potencia lo que le encante, y déjale desarrollar su talento natural. Para eso no puedes compararle con nadie, solo centrarte en sus gustos y alentarle a seguir con lo que más le guste, sea lo que sea. Si a tu hijo le encanta cocinar, es algo tan valioso para el ser humano como si le encanta construir. Todos somos necesarios, los cocineros, los arquitectos, los agricultores, los médicos, los botánicos, los escritores... Todos somos importantes. Valora a tu hijo tal y como es, sin cambiarle nada, y ayúdale a desarrollar su pasión.
  3. No te preocupes por lo que le guste a otro, o lo que haga otro.  ¿Cambiarías a tu hijo por Pepito? ¿A qué no? Pues tu hijo va con el paquete completo, incluyendo sus gustos y sus aficiones. ¿Conoces mucho a Fulanito y Menganito, esos que ves en un blog? ¿Sabes porqué les encanta X cosa o se dedican a tal otra? ¿Te sientes mal porque parece que tus hijos pierden mucho tiempo? Mira, jugar no es perder el tiempo. Cada persona es diferente, y es lo maravilloso del ser humano, que nos gusten cosas diferentes. Apaga el PC, sal a la calle con tus hijos, ves de excursión, de viaje, enséñales lo que a ti te gusta, comparte con ellos horas, aficiones, descubre qué quieren conocer, que desean aprender, y enfócate en eso como si fuera lo más importante de tu vida, te sorprenderá todo lo que tus hijos realmente hacen o pueden hacer, lo interesantes que son, la curiosidad que tienen, y lo maravilloso que es compartir con ellos lo que de verdad les interesa y no la manualidad, proyecto o afición de otro que compartió una bonita imagen en un blog. Pon a tus hijos y sus intereses primero, y ellos te enseñarán el camino.

Azucena Caballero

3 comentarios:

  1. Que lindo e interesante post, muy cierto lo que dices, siempre estamos tratando de ser perfectas en todo y la verdad somos seres humanos únicos y especiales....me gusta eso de salir más :-)

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