lunes, 9 de diciembre de 2013

3 motivos para sí celebrar los Reyes Magos

"La estrella de Belén" de Edward Burne-Jones
En estas fechas son muchas las personas que han sido padres y madres recientemente y se debaten sobre si es conveniente o no celebrar para sus hijos la festividad de los Reyes Magos (o de Papá Noel, también, que hay quien prefiere al señor de rojo), tienen dudas morales sobre si será bueno para los niños, si fomenta el consumismo, etc, y aunque es algo que recuerdan con mucha ilusión de su infancia o les encantaría ahora disfrutar de este proceso como padres con sus hijos, no están muy seguros. Yo hoy voy a darte tres motivos para el Sí. Yo sí celebro esta festividad con mis hijos, por más motivos de los que aquí voy a exponerte, pero solo quiero darte hoy tres razones sencillas sobre por qué sí es adecuado, incluso aconsejable.


Aquí van mis tres razones para sí celebrar los Reyes Magos:

  1. Tradición. Es algo que se celebra en nuestro país, forma parte del acervo cultural popular de nuestros pueblos, y me gusta continuar con aquellas tradiciones que aportan raíces y conciencia de pertenecer a un espacio geográfico y temporal concreto. Me gustan esos días especiales, diferentes, que se esperan año tras año, y que en cada pueblo puede variar, pero que dan sensación de pertenecer a un imaginario colectivo común. Que mis hijos participen de la festividad, vayan a la cabalgata, por la noche pongan agua para los camellos y caballos, comida y bebida para los Reyes y sus pajes, y que esto se transmita generación tras generación da sentido de pertenencia y de cultura, y me encanta fomentarlo. En mi casa no somos religiosos, así que no hacemos hincapié en el sentido religioso, que entiendo que en otros hogares sí harán. Es decir sí contamos la historia de la primera Navidad y hablamos de Jesús, y los Reyes Magos, etc, pero como lo hacemos de otras leyendas y otros mitos. En mi casa durante su infancia mis hijos creen en los Reyes Magos, el Tió de Nadal (tradición catalana), el Ratoncito Pérez, el Conejo de Pascua, y en Harry Potter (Mandaba correos lechuza y grageas Berttie Bott de todos los sabores cada Navidad), en todos ellos por igual, y cuando descubren la verdad se quedan alucinados de como lográbamos entrar todos esos regalos sin que se dieran cuenta, y agradecidos de todo lo que estuvimos montando durante años para ellos. Mis hijos han sido muy felices compartiendo esta tradición, y cada vez que uno ha sabido la realidad de la vida y las circunstancias ha deseado participar en mantener esto vivo para los hermanos menores. Ahora ya solo queda una “creyente” en casa, pero no importa, cuando ya todos sepan la realidad seguiremos realizando todo exactamente igual, porque lo hacemos por tradición, cultural y familiar, y eso es lo que importa.
  2. Fantasía. Todos los niños desean que sus fantasías se hagan realidad. Muchos adultos, también, lo sé, pero en el caso de los niños, ellos tienen la posibilidad todavía de vivir en un mundo de fantasía de verdad, de que ese mundo de ilusión pueda ser para ellos real, al menos por un tiempo. Es una de las grandes diferencias con los adultos, nosotros ya no nos creemos casi nada, somos muy lógicos y racionales, pero los niños pueden vivir en un bosque de hadas si se les deja creer que esos cuatro pinos del terreno de su abuelo están llenos de duendes y pequeñas hadas, y eso es lo que hacemos con la celebración de los Reyes Magos, les dejamos que por unos días durante unos pocos años de su infancia puedan soñar con los ojos abiertos, que sus mejores sueños se hagan realidad, que su mundo de fantasía e ilusión se haga tangible y real, y eso es algo que no tiene precio. No quiero que mis hijos se pierdan esa experiencia, me parece fabulosa, y cuanto más tiempo dure mejor. No deseo privar a mis hijos de disfrutar de su mundo mágico interior, y acompañándoles en estos días, mientras ellos quieran creer (hay tantas pistas por todas partes para que vean la realidad que solo creen mientras lo desean o necesitan, porque entre los pajes “negros maquillados”, los Reyes que van con zapatillas de deporte, y ese cartero real que se parece demasiado al tendero del pueblo…) logramos que cubran esa necesidad vital que tienen en su infancia de poder vivir a caballo entre ambos mundos, el fantástico y el lógico, su mente necesita estímulos de este tipo, y cuando estén preparados para soltar ese mundo mágico y entrar en un mundo más racional nos lo harán saber.
  3. Legado. Porque es un legado para toda la vida de fantasía y alegría. Porque saber que tus padres se esforzaron para que tuvieras un día especial y mágico te inunda de amor y de felicidad, porque es algo que dejas a tus hijos para que ellos lo aprendan y lo puedan hacer después por sus hijos, y estos  a su vez por los hijos de sus hijos, y así en una larga cadena interminable de padres e hijos que se quieren para toda la eternidad. Porque es una herencia que dejas en sus corazones, en sus almas, porque si yo volviera a mi infancia desearía que los Reyes Magos vinieran a visitarme y me trajeran regalos preciosos como ahora visitan a mis hijos. Porque todo aquello que implique amor, fantasía y dedicación vale la pena legarlo.


Azucena Caballero

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